Cama Box vs Sommier: ¿Cuál es la más resistente y por qué el peso si importa?

A ver (que no es lo mismo que haber) hagamos esta cuenta. Un sommier promedio pesa unos 50 kilos — incluyendo la espuma, la tela y una estructura de madera que, dicho sea de paso, suele ser más hueca que promesa de político en campaña.

Ahora bien, una cama con cajones hecha en materiales combinados de melamina y MDF de alta densidad como las nuestras, ronda los 140 kilos de peso real. O sea, casi tres veces más en estructura, soporte y durabilidad.

Entonces, si el sommier —con todo su aire y dignísima voluntad— aguanta a dos adultos sin chistar, ¿Te imaginás lo que puede hacer una cama que pesa el triple?

Y ojo, que acá no estamos para tirarle tierra a nuestros queridos somieres que tanto nos han salvado cuando el presupuesto estaba más apretado que dedo chiquito del pie, no, no, de ninguna manera.

Solo queremos que compares y veas que el peso de nuestra cama no es casualidad:
es garantía, estabilidad y años de descanso sin crujidos ni sorpresas.

 

Si estás buscando una cama sólida y funcional, mirá nuestros modelos con cajones —- https://muebles710.com.ar/producto-categoria/camas/

¡No caigas en estas estafas en línea!

Vivimos tiempos de ghosteos. Y no solo con las personas que “matcheas” en Tinder. No, no. Vivimos tiempos del “transferí ahora y recibí (nunca) después”.

Es que vemos mucha estafa virtual, mucha mano en la lata, mucho hachazo a la confianza. Y como la ansiedad nos juega una mala pasada, mejor paremos la pelota y levantemos la cabeza. Tengamos perspectiva para, al menos, prestarle atención a nuestra intuición.

Quizás sea porque te estés mudando sola, porque te vas a convivir o, simplemente, porque querés cambiar el catre de pino que hace más ruido que torno de dentista. De una forma u otra, estás en ese momento en el que necesitás un tipo de mueble que se acomode a tu presente. Y es acá donde el algoritmo mete la cola y te llena el celu de avisos y publicidades. También te llena lo “otro” de preguntas porque son tantos los valores, los modelos y las cuentas que el problema que intentás solucionar te está creando otro sin darte cuenta.

Después de un tiempo, no sabemos si por convicción o por cansancio, encontrás “algo que te cierra” y estás a punto de transferir una seña para concretar pero… pará! Antes de hacerlo pregúntate:

  • ¿Es razonable el precio que estoy por pagar o es “demasiado bueno para ser verdad”?
  • ¿Alguien les compró algo alguna vez a estos tipos?
  • ¿Tienen experiencia comprobable?
  • ¿La cuenta tiene fotos y videos originales o son sospechosamente genéricos, “robados” o creados por inteligencia artificial?
  • ¿Tienen lugar físico a dónde ver los productos?

En fin, preguntas lógicas para pasos lógicos. Porque no está bueno que el sudor, las lágrimas y las enésimas horas extras que tuviste que meter ahorrando para llegar al monto de la compra se esfumen tan rápido como un QR te capta un pago.

Nada, eso. Andá con cuidado que el piso está mojado. Si llegaste hasta acá, te agradecemos y espero haya servido. No le pongas tanta sal a las papas ni te regales con el celu en la calle. No es pa´ asustarse, es solo para cuidarse.

0

Buscar muebles

Producto añadido al carrito